En la actualidad, 150 años después del triunfo de la libertad de culto en Chile, la Iglesia Católica predomina, de acuerdo a estudios, pero ha ido perdiendo importante terreno frente a las evangélicas, y por el incremento de ciudadanos ateos.
El pasado lunes 27 se cumplieron 150 años desde que se estableció la libertad de culto en Chile, por medio de la aprobación de la Ley de Culto para Disidentes el 27 de julio de 1865. Hasta esa fecha, los chilenos sólo podían practicar una religión: la católica apostólica romana.
Por medio de esta legislación, se comenzó a permitir que quienes no profesaban el catolicismo, pudiesen “practicar la propia religión dentro de recintos de propiedad particular”.
Además, en esta norma se determinó que, a partir de ese momento, “es permitido a Ios disidentes fundar i sostener escuelas privadas para la enseñanza de sus propios hijos en la doctrina de sus relijiones”.
Según relata el portal Memoria Chilena, del ministerio de Educación de Chile, recién a mediados del siglo XIX empezaron a aparecer iglesias evangélicas chilenas, algo que se consolidó con esta ley aprobada hace ya un siglo y medio.
Hasta entonces, la Iglesia Católica mantenía su hegemonía en Chile, pero “la inmigración europea, principalmente de alemanes e ingleses, también influyó en este proceso ya que trajeron consigo sus iglesias de origen, como fue el caso de la anglicana y la luterana”, añade.
Asimismo, entre 1883 y 1884 los liberales lograron que se promulgaran otra serie de leyes conocidas como laicas, entre ellas la Ley de Inhumación de Cadáveres y la Ley de Matrimonio Civil.
En la actualidad, 150 años después del triunfo de la libertad de culto en Chile, la Iglesia Católica predomina, de acuerdo a estudios, pero ha ido perdiendo importante terreno frente a las evangélicas, y por el incremento de ciudadanos ateos, es decir, que no profesan ninguna religión.
Debido a los problemas en la ejecución del Censo 2012, no tenemos cifras oficiales y actuales sobre las religiones que profesan los chilenos. Sin embargo, esto fue medido en 2014 por la Encuesta Nacional Bicentenario, llevada a cabo por la U. Católica y Adimark, lo que permite hacer una aproximación a la situación que vive Chile.
De acuerdo a ese estudio, hasta el año pasado un 59% de los chilenos se consideraba católicos. Esto representa una caída de 11 puntos en comparación a 2006, cuando un 70% decía pertenecer a ese grupo.
Por otra parte, los ateos presentaron un aumento explosivo en ese mismo tiempo: en 2006, el 12% declaraba no profesar ninguna creencia religiosa, y en 2014 aumentaron a 22%.
En tanto, las iglesias evangélicas no han tenido una variación tan significativa: en 2006 el 14% se identificaba con ellas, y en 2014 llegó al 16%.
Sólo 3% de los compatriotas practicaba “otra religión” en 2014, cifra que era 4% en 2006.
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